A lo largo de las siguientes líneas vamos a tratar dos factores que aparentemente no parecen guardar mucha relación o eso piensa la mayoría de la gente. Cada día es más evidente la influencia de seguir una correcta nutrición para mejorar nuestra salud, pero no nos paramos a pensar que también es clave en la fertilidad de una pareja.

Según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) en España se estima que casi un 15 % de las parejas en edad reproductiva tienen problemas de esterilidad y existen cerca de un millón de demandantes de asistencia reproductiva, por cierto, es una clara tendencia en los países más industrializados. Estos datos indican un aumento de los problemas de fertilidad, derivado de diferentes factores que van desde lo fisiológico hasta lo ambiental.

Sin lugar a duda, el hecho social de que las parejas decidan formar una familia más tarde de lo que venía siendo habitual, esperando a una estabilidad y desarrollo laboral entre otros, provoca una cierta disminución fisiológica de la fecundidad, entendiendo que la edad de los potenciales padres es un factor importante. Y no queda el problema circunscrito al legítimo y honroso deseo de ser padres y no conseguirlo, verdaderamente, la baja fertilidad influye directamente en la natalidad que, está ocasionando un importante envejecimiento d el a sociedad y problemas asociados a las dudas que cada vez son mayores respecto a la financiación de las futuras pensiones de jubilación.

Se hace por tanto necesario, considerar la baja fertilidad como un objetivo de salud a mejorar. Las investigaciones indican que una mejora del peso, la dieta y en general, el estilo de vida debe favorecer la fecundidad y de hecho se han desarrollado algunas recomendaciones en este sentido con objeto de intentar optimizar la nutrición de las parejas que desean concebir entre las que podemos citar:

» Fomentar que las mujeres cuenten con un peso saludable previo al embarazo.
» Concienciar a las mujeres en edad reproductiva para que ingieran al menos 400 μg de ácido fólico proveniente de alimentos o suplementos dietéticos.
» Reducir el consumo de mujeres que consumen alcohol de formas regular antes del embarazo.
» Disminuir deficiencias de hierro previas al embarazo en las mujeres

Hoy sabemos que factores como la proporción de grasa en el organismo, la reserva corporal de hierro, la ingesta regular de bebidas alcohólicas, la exposición a metales pesados, la escasa ingesta de vegetales y el sedentarismo, están directamente relacionados con la escasa fertilidad de la pareja.

Se hace por tanto necesario actuar sobre estos factores desde el punto de vista dietético además de modificar hábitos de vida relacionados para hacerlos más saludables.

Quisiera destacar que una de las mayores implicaciones en la manifiesta infertilidad de las parejas es el exceso de peso, entendiendo este como un nivel de grasa corporal mayor al considerado saludable, es decir personas con un IMC superior a 25 Kg/m2 , siendo pero cuanto mayor sea el citado índice. Este factor afecta de forma negativa a los dos sexos provocando una disminución de la fertilidad debido a que el tejido adiposo produce una serie de hormonas que pueden ejercer su influencia en algunos de los procesos relacionados con la reproducción.

El equilibrio de la cantidad de estas hormonas (estrógenos, andrógenos, leptina, …) va a facilitar o disminuir la fertilidad. Esto puede ser traducido en que, por ejemplo, mujeres que tienen un exceso de grasa corporal pueden sufrir irregularidades en el ciclo menstrual, problemas en la ovulación o incluso amenorrea, porque presentan más cantidad de las citadas hormonas provocando una alteración del equilibrio fisiológico hormonal que permitiría la concepción.

En el caso de los hombres, el equilibrio hormonal también varía y su efecto es traducido principalmente en una la disminución de la producción de espermatozoides que hace disminuir su fertilidad.

No quisiera terminar sin aportar algún atisbo de solución, que debe girar entorno a aplicar las recomendaciones citadas anteriormente y como colofón, la opción ideal sería, practicar una dieta equilibrada, variada, saludable y ajustada a cada cual que contenga todos los nutrientes necesarios para conseguir un óptimo estado de salud y acompañarla de la realización regular de actividad física, sin duda es la mejor ayuda para preparar a los futuros padres.

Antonio F. Murillo Cancho
Profesor de Nutrición de la Universidad de Almería y del
Centro Universitario Internacional de Madrid (CUNIMAD)
Dtor. Científico NutriSanum